La relación entre la política, la economía y el periodismo ha sido siempre muy estrecha, tanto que sus fronteras pueden desdibujarse por la influencia de esos dos poderes en las empresas informativas. Esta realidad pone, a veces, en duda la debida imparcialidad de los medios de comunicación, cuyo deber es informar, analizar, investigar, y denunciar la corrupción.